En el codiciado barrio de Salatar, este piso de 100 m² ofrece la sensación de vivir en un verano eterno. Se accede como a una casa de vacaciones: luz que atraviesa cada estancia, ambiente cálido y una terraza de 25 m² orientada al sur donde imaginar desayunos soleados y largas veladas de verano. Cocina independiente con salida directa, dos dormitorios dobles, aparcamiento, ascensor y carpintería nueva completan una vivienda que captura la esencia de la Costa Brava y invita a disfrutarla con la familia y los amigos.