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En la confluencia entre la vitalidad del Passeig de Sant Joan y el alma bohemia del barrio de Gràcia, se alza este encantador piso de 90 m², bañado por la calidez del sol de mediodía y envuelto en una atmósfera de calma luminosa durante toda la tarde. Situado en una octava planta, este hogar ofrece una vista privilegiada que acaricia el horizonte: desde su coqueta terraza de 10 m², perfecta para colocar una mesita donde tomar el café, comer o brindar al atardecer, se dibujan en la distancia el mar Mediterráneo y la silueta majestuosa del Tibidabo. La distribución del piso ha sido pensada para el confort y la convivencia. Un amplio salón comedor se abre a la terraza, convirtiéndose en el corazón del hogar, un espacio donde la luz entra a raudales y la ciudad se convierte en un lienzo vivo más allá de los ventanales. La cocina, moderna y completamente equipada, se integra con elegancia a la zona de día mediante una barra que invita a desayunar, compartir una copa de vino o simplemente dejarse llevar por las conversaciones. La habitación principal, también orientada a la terraza, ofrece un rincón de descanso donde la claridad se funde con la serenidad. Completan la vivienda una segunda habitación doble, acogedora y luminosa, y una tercera estancia polivalente, ideal como despacho, habitación infantil o rincón creativo. El baño principal, con una amplia ducha, es funcional y relajante, acompañado por un aseo de cortesía que aporta comodidad en el día a día. La vivienda se encuentra en excelente estado, lista para entrar a vivir y empezar a disfrutar de una vida tranquila y vibrante a la vez, donde el aire mediterráneo, las vistas, y el ritmo pausado del Passeig de Sant Joan se funden en un equilibrio perfecto. Que ofrece lo mejor de la vida urbana, en un entorno de paz y tranquilidad, con vistas espectaculares y una distribución perfecta para aquellos que buscan lo mejor de Barcelona. La zona cuenta con todos los servicios a todos los niveles, restauración, comercio, mercados Municipales y muy bien conectada por transporte público. EL Passeig de Sant Joan es hoy uno de los paseos más emblemáticos y vibrantes de Barcelona, uniendo historia, arquitectura y vida urbana en una avenida que respira el carácter de la ciudad. Su origen se remonta al siglo XIX, en el contexto del Proyecto del Eixample ideado por Ildefons Cerdà, el ingeniero que trazó el crecimiento moderno de Barcelona tras el derribo de las murallas medievales. El paseo fue concebido como una de las grandes vías de conexión norte-sur dentro del nuevo plan urbanístico. Su trazado se construyó sobre lo que había sido una antigua vía militar que conectaba la Ciudadela (Ciutadella) con el Camino de Gracia, de ahí su función original como eje estratégico de movilidad. Durante la segunda mitad del siglo XIX, a medida que el Eixample se iba consolidando como el nuevo corazón burgués de la ciudad, el Passeig de Sant Joan fue ganando importancia. Se convirtió en una de las avenidas principales, flanqueada por edificios señoriales de arquitectura modernista, neoclásica y ecléctica, muchos de ellos aún presentes hoy en día. A lo largo del siglo XX, el paseo ha experimentado diversas transformaciones urbanas. Durante años fue una vía dominada por el tráfico rodado, pero con el tiempo, y especialmente en el siglo XXI, ha vivido un proceso de pacificación y revitalización. Se han ampliado aceras, se ha mejorado el mobiliario urbano, y se han creado carriles bici y zonas verdes, devolviendo el protagonismo a los peatones. Actualmente, el Passeig de Sant Joan es mucho más que una vía de paso: es un corredor cultural y social. A lo largo de su recorrido se suceden cafeterías, librerías, galerías, parques infantiles y terrazas, y conecta barrios tan emblemáticos como el Eixample, Gràcia y el Fort Pienc, sirviendo como punto de encuentro para vecinos, visitantes y familias. Desde su extremo sur en el Arc de Triomf hasta su conexión con Travessera de Gràcia, el Passeig de Sant Joan se presenta hoy como un espacio vivo, con una identidad propia que conjuga memoria histórica, modernidad y calidad de vida, consolidándose como una de las avenidas más queridas y representativas de Barcelona.