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San Bernardo: luz, historia y calma junto al mar Hay lugares que no se eligen, te eligen a ti. La Calle San Bernardo, con su esencia señorial y su historia entrelazada con la del propio Gijón, es uno de esos rincones donde la vida transcurre con elegancia natural. Aquí, a tan solo 50 metros de la Playa de San Lorenzo, el rumor del mar se mezcla con el aroma de los cafés de siempre y el paso tranquilo de quienes saben disfrutar sin prisa. En la última planta de un edificio seminuevo, te espera un apartamento de una habitación donde la luz se convierte en protagonista. No hay vistas al mar, pero la claridad inunda cada rincón con esa calma que solo los espacios bien diseñados consiguen transmitir. Las calidades hablan por sí mismas: materiales nobles, líneas limpias, equilibrio entre lo funcional y lo bello. Un apartamento si, pero con la comodidad de un piso. El dormitorio te sorprenderá por su amplitud y diseño, el salón de doble ambiente es perfecto para recibir invitados (aunque actualmente se encuentra dividido para lograr crear un espacio de uso como segunda habitación). La cocina grande te permite comer o desayunar en ella. La entrada espaciosa distribuye perfectamente cada rincón de este piso. Vivir aquí es sentir la ciudad desde su corazón más auténtico. A un paseo, el Barrio de Cimavilla, el Muro de San Lorenzo, la Iglesia de San Pedro, y esa vida gijonesa que combina tradición, cultura y modernidad con un encanto difícil de explicar, pero fácil de reconocer. Este no es un apartamento cualquiera, es un refugio luminoso en una de las calles con más alma de la ciudad. Un espacio pensado para quienes entienden que el verdadero lujo no siempre está en lo que se ve, sino en lo que se siente cada día al volver a casa.